La historia de La Catedral de Navarra conservas gourmet se remonta a la primera mitad del siglo pasado.
Durante la Guerra Civil Española, las madres de los soldados ya conservaban vegetales, guisos y patés para sus hijos, y en la posguerra era también fundamental guardar el máximo de alimentos en su temporada para disponer de ellos todo el año.
Las conservas se convirtieron en algo necesario y cotidiano, sobre todo en regiones como la ribera navarra, donde la fértil huerta regalaba productos exquisitos que merecía la pena guardar. Petra López, abuela del actual propietario de La Catedral de Navarra, comenzó entonces en Mendavia un pequeño negocio de cerrado de botes, combinando el conocimiento del campo con un marcado carácter emprendedor.
Ella y su familia sellaban con estaño tanto sus propias conservas vegetales como las que preparaba en sus casas la gente del pueblo. A mediados de los años 40 vendían ya alcachofas, tomate, pimientos, espárragos blancos y puerros. Desde entonces, todos los esfuerzos de la familia se han dirigido a obtener las mejores verduras y conservar intacto su sabor, lo que ha convertido a La Catedral de Navarra en un sinónimo de calidad.
De sabor primario y distinguido. Así son las verduras de La Catedral de Navarra conservas gourmet. El secreto está en la tierra, fértil y rica gracias a las severas temperaturas y a la abundancia de agua que caracterizan el valle navarro del Ebro.
El esfuerzo de investigación de la marca se dirige a mantener intactos el sabor, la textura y la franqueza de las verduras recién cosechadas. Los frutos son elaborados y conservados nada más llegar del campo, y cada paso del proceso vela por que no se pierda ni una pizca de su autenticidad. Desde La Catedral de Navarra conservas gourmet, se supervisa con rigor y mimo cada uno de los pasos del proceso.
Seleccionan las mejores tierras para el cultivo, siempre cerca de sus instalaciones. Eligen los mejores frutos para los más vehementes enamorados de la gastronomía. Realizan estrictos controles de calidad, tanto propios como desde las denominaciones de origen de nuestros productos más emblemáticos. Y cuidan los diseños para que estén a la altura de la materia prima que ofrecen.
EL CAMPO
No hay mayor secreto para obtener una buena conserva que trabajar desde el primer momento en el campo una excelente materia prima. La Catedral de Navarra cultiva sus productos cerca de sus instalaciones, conoce a los agricultores con los que trabaja y lleva un estricto control de cada uno de los pasos con los que van creciendo sus verduras.
LA COSECHA
Los productos de La Catedral de Navarra son siempre de temporada, porque es el ciclo natural de las plantas el que da mejores resultados en cuanto a sabor, aroma y textura. Todos los vegetales que llevan la etiqueta de LC han sido recolectados a mano y en su punto óptimo de maduración.
ELABORACIÓN
Rigor en la calidad y mimo en la manipulación. Las verduras de La Catedral se envasan manualmente siguiendo los más estrictos controles sanitarios y de cata. Todo el trabajo se organiza para que apenas pasen unas horas desde la recolección hasta el envasado. Además, el proceso por el que pasa cada producto está diseñado para evitar la pérdida de sus aromas en fresco. Así, los espárragos se escaldan con piel para que ésta actúe como barrera protectora de todas sus propiedades, o los pimientos se manipulan sin tocar el agua para que preserven la intensidad del piquillo recién salido del fuego.
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